martes, 14 de junio de 2011

Descubren un nuevo brazo en los confines de la Vía Láctea


Se trata de un enorme fragmento con grandes concentraciones de gas hasta ahora desconocido

 Un grupo de astrónomos británicos acaba de realizar un descubrimiento extraordinario. Un nuevo brazo espiral en nuestra galaxia o, más precisamente, un enorme fragmento hasta ahora desconocido de uno de los dos brazos principales de la Vía Láctea.

¿Y nosotros?

El Sol, la Tierra y el resto del Sistema Solar se encuentran en una pequeña ramificación de uno de esos brazos, una especie de "vía muerta" justo entre Perseo y el Escudo Centauro, los dos brazos principales, a unos 25.000 años luz del centro.

Pero la vía láctea no tiene forma definida.
Debido a que estamos dentro, no resulta fácil adivinar cuál es la verdadera forma de nuestra galaxia. La Vía Láctea contiene grandes cantidades de gases y polvo que obstaculizan la visión. Por eso, por nuestra posición, no podemos tener una imagen clara del conjunto y sólo podemos ver fragmentos aislados de los brazos.
¿Y cómo consiguieron verlo?
Utilizando un pequeño telescopio de apenas 1,2 metros, instalado el el tejado de su laboratorio de Cambridge, los astrónomos Tom Dame y Pat Thaddeus se centraron en las emisiones de radio de las moléculas de monóxido de carbono para buscar evidencias de brazos espirales en las zonas más distantes de la Vía Láctea. Y descubrieron un nuevo y enorme brazo, con grandes concentraciones de ese gas.

Puede que no sea un brazo más.
Los investigadores piensan que el nuevo brazo espiral es, en realidad, el tramo final y más distante de Escudo Centauro, una de las dos ramas principales. Si se confirma, Dame y Thaddeus habrán demostrado que la Vía Láctea posee una sorprendente simetría en sus formas. El nuevo brazo, en efecto, sería la contraparte simétrica del de Perseo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario